viernes, 10 de octubre de 2014

Finalidad
•  Extirpar un diente que es irrecuperable desde el punto de vista ondontologicos, o es perjudicial para la salud del aparato masticador.
•  En el caso de los dientes incluidos , como genéricamente se denominan a los dientes que no han erupcionado y han quedado anclados en el interior del hueso (algo frecuente en los cordales o muelas del juicio, menos frecuente en los caninos superiores y excepcional en otros dientes) la extracción puede estar justificada por infecciones frecuentes en la zona ( pericoronaritis ), por dolor irradiado hacia la oreja o la cabeza, por aparición de áreas de alopecia («pelada»), por caries en las raíces de algún diente adyacente, por apiñamiento de los dientes, por debilitamiento peligroso de la mandíbula (con riesgo de fractura ante traumatismos menores), etc.
Naturaleza del tratamiento
•  En primer lugar, se pone la anestesia.
•  Después, se corta o rompe la unión del diente con el hueso (llamada ligamento periodontal desmodonto mediante algún instrumental apropiado (forceps, elevador o botador, bisturí, etc.), y una vez suelto (luxado), se retira de la cavidad ósea donde se alojaba (alvéolo).
•  Posteriormente se aproximan los bordes de la herida entre sí mediante compresión de las paredes del alveolo (alveolotripsia ) para facilitar la coagulación y cicatrización, que se ayuda mordiendo sobre un apósito estéril durante unos minutos. Si hay desgarro de la encía o si ésta da de sí lo suficiente, se puede suturar.




Dificultades
•  Existen diferentes grados de dificultad, según distintos factores, facilidad de acceso, posibilidad de agarre, grado de unión de la raíz al hueso, dirección de las raíces, etc. Son muchos los factores que pueden influir en la complejidad y, lógicamente, en la duración de este acto odontológico.
•  En ocasiones, es necesario cortar el diente y separarle las raíces, que cuando son muy divergentes o confluyen en la punta dificultan o imposibilitan la extracción. Para ello se utilizan turbinas o micromotores (“tornos”).
•  También puede ocurrir que se fracturen accidentalmente las raíces más o menos profundamente. En este caso es necesario, por lo general, levantar un colgajo de encía (es decir, cortarla y despegarla) e incluso trepanar el hueso, para poder abordar el fragmento. Si la extracción del fragmento fracturado fuese muy compleja podría ser necesario programar otra cita para hacerla. En caso de que resulte necesaria una extirpación tan importante de hueso que pueda comprometer el soporte óseo de las raíces de los dientes vecinos, o pueda dificultar la reposición protética del diente extraído, es aceptable dejar el resto dentario, siempre que no esté luxado y no existan signos de inflamación o de quiste en el ápice l (punta de la raíz).





La zona alrededor del diente se anestesia antes de la extracción.


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